martes, 30 de agosto de 2011

el humor bueno para caso todo!!!!!!!!


COMUNICACIÓN

El ejercicio del humor propicia diálogos relajados

por 
Lic. María Guillermina Schneider
ABC Digital
Entre las diversas maneras que existen para que se establezca efectivamente la comunicación humana, el humor ocupa un lugar preferencial, siempre que los contertulios manejen apropiadamente un nivel social de aceptación mutua. 
La palabra HUMOR, a menudo, requiere una definición adjunta para saber exactamente el significado que le atribuimos en un momento dado, de modo tal que se eviten las confusiones  y se propicie el buen sentido de lo expresado.

Una definición subjetiva a la fuerza, aunque expuesta en su presentación, se explica de por sí: es “una forma clásica de pasar el tiempo de ocio sin mucha etiqueta o protocolo sobre temas baladíes”. Pero, para que resulte atractiva su inclusión en el coloquio, deben estar de acuerdo las personas que intervienen en la conversación, y deben manifestar su agrado o desagrado en cuanto al ejercicio de esta peculiar forma de entretenimiento. Bueno sería también que expusiesen cuál humor es aquel con el cual “me siento cómodo/a” (atendiendo siempre a la educación en derechos humanos). 

El humor es una actitud ante la vida: Cada uno afronta los acontecimientos cotidianos de una manera positiva, se coloca del lado del mejor humor. En cambio, cuando ese talante se utiliza tan solo como instrumento de mofa y chufla, el humor deja de lado el valor que se le supone. Reírse del desfavorecido, bromear sobre la desgracia ajena, no es un mecanismo para la desdramatización, es, más bien, un camino hacia el escarnio y, “eso” no es humor.

Así, un humor, o “presunto humor”, que nos distancie de los oprimidos fomentando el extrañamiento y no la empatía hacia ellos (sean mujeres maltratadas, trabajadores explotados o habitantes de países depauperados), un humor que se cebe en ridiculizar las minorías de cualquier tipo como a las personas discapacitadas, o que pretendan exclusivamente hacernos reír con la desgracia ajena, solamente tendrá utilidad para nosotros como ejemplo de aquello que se debe evitar. Porque un humor de este tipo difícilmente sería una herramienta que fomente la solidaridad, la empatía o la justicia social. Ni como válvula de escape será deseable, ya que sus potenciales efectos secundarios pueden llegar a ser destructivos. Destacable es mencionar también que aquel que utiliza el escarnio disfrazado de humor, antes bien que burlarse del prójimo, desnuda su propia realidad personal.

Aquí va una “miguita” de humor. (Sugerencia válida para tener en cuenta)

Diálogo entre amigas
Una joven habla por teléfono con otra: 

-Hola. ¿Sabes?, deseo invitarla a una amiga a mi casa para charlar un rato, pero tengo tantas cosas que hacer que solo podré dedicarle una hora a mi invitada. Lo que no sé es cómo decírselo sin que se enoje. ¿Podrías aconsejarme al respecto?

-Por supuesto. Mira, se lo dices sin rodeos y con franqueza, creo que no hay razón para sentirse ofendida. ¿Te parece?

-¡Ah!, pues, entonces. ¿Quieres venir un rato a casa para charlar? 

Nuestra reflexión
*La manera agradable en que esta joven afrontó la oportunidad, propició la comprensión anticipada de ambas situaciones; por un lado el deseo de compartir con una amiga, y por el otro, destacar el tiempo disponible a través de una salida jocosa y muy válida. 

Sugerencia
Siempre que puedas, trata de inyectar sano humor a tus encuentros entre amigos: la comunicación distendida es amena y agradable, distrae del estrés, fomenta la camaradería y prepara para el asentamiento de la confianza mutua.  

Ejercita la convivencia 
Practica entre tus pares este tipo de diálogo y te sentirás mejor por haber formado parte de una “terapia” grupal.
30 de Agosto de 2011 00:00

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