lunes, 30 de mayo de 2011

Un documental de un tema duro, tratado con Humor...

ITALIA
 EL ALZHEIMER, EN CLAVE DE HUMOR EN UN DOCUMENTAL DE BOSCH
Por María Zacco BUENOS AIRES, 26 (ANSA)- La evolución de la enfermedad del Alzheimer de Pasqual Maragall, un político español reconocido, es abordada en el documental "Bicicleta, cuchara, manzana", del catalán Carles Bosch, un curioso retrato donde abunda el sentido del humor, que fue bien recibido por diversas asociaciones médicas argentinas. La cinta, ganadora del premio Goya al Mejor Documental, se exhibió en el marco del Festival Internacional de Derechos Humanos, en Buenos Aires, y espera iniciar un extenso recorrido por América Latina.
    Maragall se desempeñaba como presidente de la Generalitá de Cataluña cuando en 2007 le diagnosticaron Alzheimer. Tras el golpe inicial, él y su familia decidieron lanzar una cruzada contra el mal, que incluyó la creación de una fundación para hallar su cura, antes de que la cifra de 26 millones de afectados en todo el mundo se multiplique.
    "Si la película no hubiese tenidos buenas dosis de humor, como tiene, no hubiera podido llevarla adelante. Y Maragall es una persona con un gran sentido del humor. Siempre entendí que el humor debe ser aprovechado para suavizar no el mensaje, pero sí el vehículo por el que se transmite", sostuvo Bosch, en entrevista con ANSA. El documental, rodado durante tres años, sigue día a día la vida de Margall, que de a poco fue delegando funciones hasta abandonar su cargo -que había asumido en 2003- y tomando conciencia del avance de la enfermedad. Sus apariciones públicas, en las que fue relatando su realidad, las aprovechó para convocar a científicos e inversores con el fin de sumarlos a la Fundación Pasqual Maragall. En la primera escena, "el president" -como se expresa en catalán- expresa sus intenciones: "Quiero que esta sea una película divertida: estoy cansado de escuchar que digan pobrecito', 'pobrecito'".
    Bosch, conocido por sus documentales "Balseros" y "Septiembres", entendió rápidamente que la idea de este hombre -el primer presidente progresista que tuvo Cataluña y quien logró realizar allí los Juegos Olímpicos, en 1992- era mostrar al enfermo como un actor, no como una víctima. El periodista y documentalista catalán decidió rodar este filme después de que Maragall anunció públicamente que le habían diagnosticado Alzheimer.
    "El quería contar con el apoyo de la televisión de Cataluña, para la cual trabajo, entonces se me ocurrió la película. En principio había pensado en trabajar con varios enfermos pero luego me di cuenta de que Maragall debía ser el único protagonista", relató. El rodaje quizás no fuera fácil pero, desde el inicio, el atípico político español, conocido por ser "un adelantado", aprovechó su condición de persona pública para lograr un objetivo: que exista un tratamiento de prevención de la enfermedad en 2020, aunque a él ya no pudiera beneficiarlo. "Tardé poco en pensar en qué lío me había metido. Pero creo que tenemos en común la capacidad de lanzarnos a la aventura sin que nos venza el miedo", aseveró Bosch.
    Maragall tiene fama de concretar "ideas locas". De hecho, en el ámbito político de Cataluña se acuñó el término "maragallada" para describir propuestas que están en el límite entre la genialidad y la incorrección. Por eso, cuando hizo aquel anuncio público, la gente pensó que se trataba de otra "maragallada". En una de sus intervenciones públicas, a lo largo de estos últimos tres años, Maragall anunció con su típico sentido del humor: "Pasé una buena temporada, a pesar de algunas dificultades prácticas, como que llego tarde a todas las citas porque me las olvido. Aunque aquí me apuntan que ya llegaba tarde desde antes...". Bosch, quien dictó en estos días una "master class" sobre realización documental en Buenos Aires, sostuvo que el respeto de la cronología es fundamental en su trabajo, "porque eso es la vida y es a través del paso del tiempo cuando la historia se entiende y los personajes crecen".
    Por eso, asegura, nunca trabaja con un guión previo. "Tengo apenas una hojita donde dice que el curso narrativo apunta hacia tal dirección y luego va surgiendo solo, sobre la marcha, a partir de mi intuición. Además, como periodista, sería grave, un apriorismo fatal", sentenció. Así como sucede con sus guiones, el documental de Bosch tuvo un giro inesperado en todas sus exhibiciones, incluso en la de Buenos Aires: muchos médicos se acercaron a decirle que, gracias a este filme, les resultaba más fácil dar la "mala noticia" del diagnóstico e incluso lo invitaron a participar en congresos de neurología, para que exhiba la película.
    "Probablemente sea porque hasta ahora, en el mundo del cine, se había reflejado sólo un estadio de la enfermedad, que es el más grave. En el documental reflejamos sólo una fase", aclaró el realizador. Es la primera vez que una cinta de este tipo se incluye en la programación del Festival de Cine de Derechos Humanos, donde priman los filmes sobre refugiados, conflictos por la tierra, explotación de recursos naturales y violación de derechos fundamentales de las personas. No es una elección al azar. Maragall repite muchas veces en el documental que los enfermos no deben ser tratados como seres vencidos, ni sobreprotegidos. "Los enfermos necesitamos libertad" repite con énfasis. Y eso, también es un derecho humano. DFB 

26/05/2011 22:52 

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