Los abuelos modernos ya no son los de antes
Privilegian su tiempo, hacen viajes y se animan a decir
"no"
Por Laura Reina | LA
NACION
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"Pido que el viernes no me lo toquen", dice Tita
Rojas que, además, de abuela es profesora de yoga. Foto: LA NACION / Ricardo
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Modernos, aggiornados , activos e independientes. Así son
las nuevas formas de "abuelidad" en estos tiempos. Se trata de
personas mayores que ejercen su rol con alegría, pero sin ataduras. Que
privilegian su tiempo libre por sobre sus obligaciones. Que su vida no gira en
torno de sus nietos, sino en paralelo. Y lo más importante: se animan a decir
"no" ante un pedido para cuidar a los pequeños si es que se superpone
con alguna de sus múltiples actividades.
Ketty Appel tiene 74 años y cinco nietos. La más chica tiene
nueve años. Se ven los fines de semana, ya que sus agendas están muy apretadas.
"Ya no existe más la abuela que no tiene nada que hacer. Tengo varias
actividades en la semana. Hoy la abuela está tan activa como los nietos. Me
encanta estar con mi nieta, los sábados nos vemos y charlamos. Pero en la
semana no puedo, tengo cosas que hacer", explica, y agrega, pícara:
"La esclavitud se abolió hace mucho tiempo".
Ketty, casi sin proponérselo, hace referencia al síndrome
del "abuelo esclavo", un concepto acuñado por la psicogerontología
que se difundió a partir de la multiplicación de personas mayores que ejercen
su rol parental full time y no tienen tiempo ni para ir al médico porque deben
cuidar de los pequeños mientras sus padres trabajan y también cuando salen. La
"abuelidad", entonces, se transforma en una obligación y no en un
placer.
En el caso de Tita Rojas, abuela de una adolescente de 13
años y un varón de siete, el trato con su hija es claro: "Ella sabe que
estoy disponible los lunes y miércoles y le pido, por favor, que los viernes no
me los toquen porque son míos. Además, yo trabajo, soy instructora de yoga y no
quiero que me roben mis espacios".
Irma De Vicenzi fue una "abuela esclava" que
disfrutó de cada momento que pasó con sus nietas. "A la más grande, que
tiene 13 años, me la dieron a los tres meses con una mamadera con leche de la
mamá. Me levantaba todos los días a las seis de la mañana para ir a cuidarla y
después hice lo mismo con su hermana. Eran muchas horas. Ahora estoy libre de
ellas, las tengo los fines de semana y vacaciones. En su momento lo disfruté,
pero ahora también disfruto de mi tiempo libre. Ya no lo haría."
Luz García Calvo es una "abuela de las de antes",
pero aggiornada a los tiempos que corren. Con Jerónimo, de diez años, y José de
seis, comparte muchas actividades. Para ella, la PlayStation y la Wii no tienen
secretos, aunque asegura que está lejos de poder ganarles alguna partida en la
consola. "Yo juego con la Wii y la Play. No fue difícil aprender, lo que
pasa es que ellos casi siempre me ganan en todo."
Luz reconoce que hoy muchos abuelos tienen más vida social y
menos tiempo para los chicos. Pero no es su caso: "Para mí ellos son mi
prioridad. Los veo todos los días y el más grande viene tres veces a almorzar a
casa. Mi vida social más que nada pasa por ellos, y lo más importante en este
momento es compartir con ellos lo más posible. Después van a crecer y va a ser
más difícil".
CONFLICTOS PRIVADOS
Según la directora de la Licenciatura en Gerontología y de
la Especialización en Psicogerontología de la Universidad Maimónides, Graciela
Zarebski, "en el abuelo esclavo el único proyecto es estar al servicio de
tapar baches, de sostener la vida de los demás: cuidar a los nietos y atender
la casa. Hoy la vida de los hijos es muy complicada y surge la salvación de los
abuelos. Eso tiene que ser una ayuda, no una imposición".
Esta "liberación" puede generar algún que otro
enojo por parte de los hijos que piden colaboración para cuidar a los niños.
Pero a pesar de las presiones, para Zarebski los abuelos hoy se animan a decir
"no".
"Hoy la tendencia es una «abuelidad» más libre. Las
expectativas sociales con respecto al comportamiento social adecuado a cada
edad han cambiado, así como el rol de la mujer. Los adultos mayores no ejercen
sólo como abuelos, sino que viajan, estudian, trabajan y disfrutan."
Para la licenciada en Gerontología Graciela Spinelli,
coordinadora del Taller de Humor de la Universidad Maimónides, los adultos
mayores hoy eligen no estar esclavizados en su rol de abuelos. "Para ellos
los nietos son parte importante de su vida, pero no ocupan la totalidad de sus
horas. Quieren tener también tiempo para ellos. Son abuelos que marcan su
territorio. Ellos mismos plantean que no quieren tener la responsabilidad
absoluta de cuidar a sus nietos, no sólo para tener tiempo libre, sino para no
sufrir después cuando los nietos crecen", contó Spinelli.
Los abuelos suelen ser muy requeridos en los primeros años
de vida. Pero después, muchos se quejan de que son olvidados por sus nietos.
"Mientras son chiquitos, está todo bien. Después pasamos a ser segundo,
tercer y cuarto plan", opinó Ethel Benzaquen que tiene nietos grandes y
uno pequeño de dos años.
Por eso, para Tita, es fundamental encontrar otros espacios.
"A mi nieta la cuidé desde muy pequeña. Cuando empezó a tener sus
actividades, dejé de tener ese contacto diario y fue muy duro. Por eso debemos encontrar
nuestros espacios. A mis nietos los disfruto, pero sé que hay un momento en que
se van."
Por eso, Zarebski propicia que el adulto vaya armado una
"reserva humana". "Esto implica desarrollar una vida social
rica, diversificar, generar nuevos vínculos, redes sociales y proyectos. Para
la persona que envejece, el vínculo con los nietos es muy enriquecedor, pero no
debe ser lo único porque se vuelve dependiente de su familia y la familia de
él. Y esto no es bueno para nadie.".
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