jueves, 8 de septiembre de 2011

El buen humor en todo...


Más risa menos clonazepán
Educar con humor
por Joaquín Rocha 
Psicólogo especialista en Educación para la Comunicación
joacorocha05@yahoo.com.ar
 
Solo el humor nos permite salir de situaciones que nos paralizan. Si la realidad es imposible de modificar, debe modificarse uno mismo. El humor es un potenciador de lo positivo, genera una mejor integración entre las personas, ayuda a prevenir todo tipo de conductas conflictivas; liberar tensiones, desvanecer impaciencias y relajarse frente a circunstancias estresantes.
Entre el humor y la salud, se establece una correlación directa. Un estudio realizado por el Dr. Lee Berk, profesor de Patología en la Universidad de Loma Linda, California, demostró un incremento en las respuestas de inmunidad en aquellos individuos que enfrentan con humor la vida.
La risa es la mejor medicina que existe y la más barata; en la antigua Grecia, ya se conocían sus beneficios.
La rutina de la cotidianidad desgasta las relaciones. Es evidente la vulnerabilidad a las presiones internas y externas que padecen maestros y profesores, que terminan por reducir su capacidad de adaptación a nuevas realidades, con el consecuente desgaste en lo profesional y en su calidad de vida. Se quiebra el proceso enseñanza - aprendizaje y, por ende, los vínculos con los alumnos. Aquello que fue vocación se convierte en obligación.
El humor constituye uno de los mejores recursos didácticos al que debe apelar todo docente. Reírse de sí mismo con sus alumnos crea ambientes distendidos de trabajo y aprendizaje. Facilita un aumento de confianza. Encuentra con rapidez la solución a los conflictos desdramatizándolos. Deja de lado la ironía frente a los fracasos y opera pedagógicamente con un estilo particular que favorece los procesos de aprendizaje.
Desarrolla  la reacción de tolerancia que conduce a la paciencia y a la flexibilidad haciendo desaparecer la idea de exigencia desmedida, autoritarismo, orden, castigo y norma que la educación lleva siempre adosada. El humor debe ser siempre equilibrado y equilibrante dejando ver las cosas en una perspectiva diferente. No se trata de ser un optimista a ultranza. Las cosas no pasan, sino “me” pasan o “nos” pasan”, he ahí la posibilidad de modificación.
El humor se aprende. Una cultura de la alegría dentro de la escuela proporciona sistemas educativos que ayudan a madurar a los alumnos dentro de valores y estímulos emocionales que los llevarán a ser mejores personas. Por otro lado, en los docentes, opera aliviando la tensión psicológica general, desenvolviendo mayor optimismo sin evadirse de la realidad y previniendo enfermedades psíquicas y físicas. Es el mejor remedio contra el burnout, ese estado caracterizado por agotamiento, irritabilidad, desarrollo de una actitud de insensibilidad hacia el alumnado. Más risa menos clonazepán.
Cuenta una historia anónima que un maestro era cualquier cosa menos ampuloso. Siempre que hablaba provocaba enormes y alegres carcajadas para consternación de quienes tomaban demasiado en serio la intelectualidad y a sí mismos. Un día, al observarlo uno de esos personajes que de todo opinan y critican, comentó decepcionado:
−¡Este hombre es un payaso!
−Nada de eso −le respondió un discípulo−. No ha comprendido usted ni una palabra. Un payaso hace que te rías de él; un maestro hace que te rías de ti mismo.
Esta historia apuntala la actitud del decano de la facultad de Psicología de la Universidad SEK de Segovia, Luis Muñiz, uno de los mayores teóricos españoles sobre el humor. "Obligo en mis clases a que mis alumnos se rían de forma espontánea, puesto que el humor es un elemento de ayuda para afrontar la vida; hay que hacerles ver que en un examen no se juegan su vida, y el humor les sirve como mecanismo de defensa."
Para aprender a vivir con humor, se debe practicar el humor. Si no lo tengo, lo busco. Esto se logra con una disposición y una disponibilidad para asistir a talleres o seminarios que se dictan acerca del “cómo”, el “cuándo” y el “para qué” del humor en el aula.
Algo así como relacionar lo teórico con lo práctico y encontrar pistas para afrontar la vida con más alegría y así trasladar estas vivencias a los alumnos.
Quien tiene humor conoce sus propias limitaciones, acepta sus debilidades y es consciente de la relatividad de las cosas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario