Si bien la risa ha demostrado tener beneficios, el buen-humor abre una perspectiva más amplia, trasciende lo muscular mecánico individual, favoreciendo la posibilidad de un desarrollo personal a través de la interrelación con otros y la promoción de actitudes positivas.
Frankl dirá: "En virtud del autodistanciamiento, el hombre es capaz de bromear acerca de sí mismo, de reírse de sí mismo, y de ridiculizar sus propios miedos. En virtud de su capacidad de autotrascendencia puede olvidarse de sí mismo, entregarse y abrirse al sentido de su existencia". (Frankl, V., 2004)
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