viernes, 29 de abril de 2011

PALABRAS DE UN NOBEL

Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo... ¡Qué importa éso!
Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido. Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo! No quiero pensar en ello. Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos. Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven... no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas... Valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta! Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.
José Saramago 
Premio Nobel Litaratura 1998

EL VALOR DE UNA SONRISA

“La risa es como los limpiaparabrisas. Nos permiten
avanzar aunque no se detenga la lluvia” (Gérard Junot)

jueves, 28 de abril de 2011

La sonrisa es la distancia más corta entre dos personas

El sentido del humor, otra perspectiva............

El humor o humorismo  es definido en cambio como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas.
El gran Chaplin en sus películas mostraba una manera creativa de encontrar el humor aún en las situaciones más angustiantes. En “La quimera del Oro”, en  una escena maravillosa,  llevado por el hambre, comienza a observar el zapato, y termina transformando los cordones en tallarines y la suela en un trozo de carne… 

miércoles, 27 de abril de 2011

En palabras de Enrique Pinti:

Conservarse entero por dentro, tener las ilusiones sin reuma, los objetivos sin várices y los ideales sin colesterol” (Pinti, E. 1991)

Vivamos con Buen humor!!!!!!!!!!!

Si bien la risa ha demostrado tener beneficios, el buen-humor abre una perspectiva más amplia, trasciende lo muscular mecánico individual, favoreciendo la posibilidad de un desarrollo personal a través de la interrelación con otros y la promoción de  actitudes positivas.

  El sentido del humor permite ver las situaciones cotidianas desde una nueva perspectiva.
Frankl dirá: "En virtud del autodistanciamiento, el hombre es capaz de bromear acerca de sí mismo, de reírse de sí mismo, y de ridiculizar sus propios miedos. En virtud de su capacidad de autotrascendencia puede olvidarse de sí mismo, entregarse y abrirse al sentido de su existencia". (Frankl, V., 2004)

martes, 26 de abril de 2011

regalemos sonrisas!!!!!!

Las verdades de Mafalda!!

Un ejemplo de vida!!

Eugenia Sacerdote de Lustig:
"La búsqueda de la verdad debe estar guiada por la ética"
A los 95 años, la investigadora —pionera de la técnica del cultivo de tejidos en la Argentina— presentó un libro autobiográfico.
(La Nación) "Mi historia no ha sido tan fácil", dice, a los 95 años, la doctora Eugenia Sacerdote de Lustig, investigadora emérita del Conicet y de la UBA, pionera de la técnica del cultivo de tejidos en el país, que introdujo en 1943, e iniciadora en el Instituto Roffo del área de investigación básica en oncología.
La presentación del libro autobiográfico De los Alpes al Río de la Plata fue el 25 de julio en el templo de comunidad Amijai, Arribeños 2355. El libro fue escrito por la investigadora como recuerdos para sus nietos pero que una amiga, sin consultárselo, estimó oportuno publicar en la editorial Leviatán, porque pensó que podía ser un testimonio enriquecedor y de interés para el público.
La doctora Lustig sonríe mucho, enfoca los problemas de su vida con buen humor y no deja de encontrar un lado positivo a las dificultades. Está casi ciega, pero no se nota, por la facilidad con que se mueve en su soleado departamento de Belgrano. "Cuando quiero leer alguna nota científica sobre biología o medicina, tengo amigas que vienen a leérmela", dice.
Además, dispone de una máquina que reproduce oralmente escritos que le sean compatibles por su idioma y su tipografía. Y cada mes recibe de Italia un libro grabado en CD, de una biblioteca para ciegos, que tiene 10.000 volúmenes. "Tengo para elegir", comenta, sonriente.
Un Nobel en la familia
Está actualizada en todo. Cada domingo la llama por teléfono de Roma su prima Rita Levi Montalicini, premio Nobel de Medicina 1987, que es un año mayor que ella y aún sigue dirigiendo un instituto de investigaciones sobre el cerebro y preside una fundación para mujeres de Africa.
Eugenia y Rita estudiaron juntas medicina; en 1930, fueron dos de las cuatro mujeres que ingresaron para cursar esa carrera en la Universidad de Turín, entre 500 estudiantes. Y como el liceo femenino que habían cursado no preparaba para la Universidad, para poder ingresar tuvieron que dedicar entre 12 y 14 horas diarias durante un año a estudiar materias que no habían visto: latín, griego, matemática, física. "Nunca estudié tanto en mi vida", afirma, 75 años después.
"El país de la abundancia"
Se graduó de médica con las máximas calificaciones. Y tuvo que dar el examen de Estado, que habilitaba para ejercer, en la Universidad de Parma. La dejaron dos horas a solas con un enfermo, apenas con un análisis de sangre y una radiografía, y ella debió dar el diagnóstico y dictaminar el tratamiento adecuado. "Por suerte, salí muy bien gracias al enfermo, que era muy inteligente y me ayudó muchísimo", dice con sencillez.
Se casó y tuvo una hija, Livia, pero no pudo ejercer: en 1938 le sacaron el carné de médica por ser judía, tras las leyes raciales de Mussolini, que "antes de aliarse con Hitler no había demostrado ese nivel de antisemitismo". Su marido, Maurizio, trabajaba en Pirelli. La firma decidió mandarlo a la Argentina, donde pensaba establecer una fundición de cobre. Llegaron a Buenos Aires el 25 de julio de 1939. "Nos parecía estar viviendo en el país de la abundancia porque veíamos en los tachos de basura pedazos enteros de pan y de carne." Pero a los pocos días al marido lo enviaron a Brasil, y ella se quedó varios meses acá, sola, sin conocer el idioma.
Finalmente, pudo unirse a su marido en Brasil. Luego volvieron a la Argentina, pero aquí a Eugenia Sacerdote no le reconocieron el título de médica, ni siquiera la escuela primaria, por lo que empezó a dar exámenes de historia argentina. Hasta que nació su segundo hijo, Leonardo, y no pudo seguir.
Como había trabajado en cultivo de células vivas en el laboratorio del profesor Giuseppe Levi, en Turín, se acercó a la cátedra de Histología de la UBA, donde la dejaron trabajar. "Nadie había visto aquí células vivas, ésta fue mi suerte —dice, con humildad—. Naturalmente, no me pagaban nada. Pero había un fondo para reponer el material de vidrio del laboratorio que se rompiera. Y si no se rompía, me daban un pequeño sueldo. Lógicamente, yo cuidaba que nadie rompiera nada."
Profesora en la UBA
Luego, el director del Instituto de Medicina Experimental, hoy Roffo, la invitó a ir a trabajar allá, con células cancerosas, en 1947. Y en 1954, estando a cargo del Instituto de Virología del Instituto Malbrán, el Ministerio de Salud Pública la convocó para encarar la epidemia de poliomielitis. "Yo estaba en continuo peligro de contagio", reconoce. La enviaron a Estados Unidos y a Canadá para estudiar la vacuna Salk. Al volver aquí, lo primero que hizo fue vacunar a sus propios hijos y decirlo públicamente, por lo que muchos se animaron a vacunar a los suyos.
En 1958, el rector de la UBA, Risieri Frondizi, le permitió presentarse a concurso, aunque su título fuera italiano, y ganó la cátedra de Biología Celular. Bernardo Houssay la llamó al Conicet en 1960 y permaneció en la carrera de investigador hasta el año 2000. A la cátedra renunció en 1966, cuando Onganía intervino las universidades. La noche que la policía entró en Ciencias Exactas, se salvó de los golpes que sufrieron otros profesores porque había salido a hablar por teléfono a su casa para avisar que iba a llegar tarde.
Eugenia Sacerdote formó a muchos jóvenes investigadores y piensa, modestamente, que de todo lo que sembró algunas semillas dieron su fruto. "Agradezco a la Argentina, que me recibió en un momento tan sombrío de la historia del Viejo Continente y me permitió desarrollar con pasión mi actividad científica —dice—. Creo que la ciencia, en la búsqueda de la verdad, nos ha enseñado mucho; esta búsqueda que siempre debe estar guiada por la ética".

lunes, 25 de abril de 2011


Usan videojuegos para rehabilitarse

Pacientes con problemas motrices y cognitivos recuperan funciones perdidas haciendo ejercicios con programas de realidad virtual

Lunes 25 de abril de 2011 | Publicado en edición impresa
Usan videojuegos para rehabilitarse
Jesús Llorente (izquierda) y Oscar Nabel compiten mientras ejercitan; Marta espera su turno.  / Patricio Pidal / Agencia V
Fabiola Czubaj
LA NACION
Tener 60, 70 u 80 no es una barrera para disfrutar de videojuegos que, de paso, ayudan a recuperar funciones perdidas por enfermedades que afectan el equilibrio, la motricidad, la memoria o la atención.
Si no, Marta, a los 78, no habría podido volver a recorrer un campo de golf como solía hacer antes de tener varias operaciones de la cadera derecha y la artritis reumatoidea que avanza en sus manos. Ni Oscar, de 68 y fanático de Vélez, no podría seguir disfrutando de emocionantes partidos de tenis como los que jugaba hace dos décadas, antes de que le diagnosticaran Parkinson. O Jesús, a los 83 y tras un accidente cerebrovascular (ACV), nunca hubiera imaginado ser tan buen jugador de bowling o golf virtuales como para dirigir un campeonato entre los residentes del Centro de Excelencia para Adultos Mayores Hirsch.
En una de las salas del centro, ubicado en la localidad bonaerense de San Miguel, los tres se sientan frente al televisor conectado a una consola Wii de videojuegos, principalmente de deportes, como el box, el tenis, el bowling, el golf y el básquet. Son los que permiten que los especialistas trabajen con pacientes que padecen secuelas que afectan el normal funcionamiento del cerebro, el sistema nervioso o los músculos.
"En la última década se dio la incorporación de situaciones de realidad virtual a la rehabilitación, entendida como la recuperación de las actividades cotidianas que fueron perdidas, desde bañarse y vestirse hasta ir al baño o caminar", explicó a LA NACION el doctor Moisés Schapira, director médico del centro Hirsch e integrante del Servicio de Medicina Familiar del Cemic.
Entre las ventajas del uso guiado de la Wii en la terapia física y mental, una estrategia complementaria bautizada Wiihab, están el estímulo visual a través de los colores y la vivacidad de las imágenes, el estímulo físico para llevar adelante el juego y el estímulo social, ya que se puede jugar de a dos o más, y competir por puntos.
"Normalmente, la recuperación física se realiza con repeticiones de ejercicios con roldanas, pelotitas u otros objetos para entrenar los movimientos de los brazos, las manos, las piernas... Pero genera mucha resistencia porque aburre, y si no se está estimulado, en minutos el paciente empieza a distraerse", indicó Schapira, profesor de gerontología de la Universidad del Salvador y de medicina familiar de la UBA y el Instituto Universitario Cemic.
Con la licenciada en terapia ocupacional María Elena Torres, que supervisa la Wiihab, coincidieron en que la estrategia tiene indicaciones precisas (que, según la literatura publicada, incluyen por ahora a pacientes con problemas cerebelosos, lesiones medulares, ACV) y limitaciones, como la necesidad de que el paciente comprenda el juego y las indicaciones del terapista; que se haga por un tiempo limitado y bajo supervisión para evitar lesiones por mal uso o abuso, y que tenga un resultado a medir para conocer si el ejercicio sirve o no.
En el centro Hirsch, que incorporó esta tecnología el año pasado, la mayoría de los pacientes que utilizan el sistema de realidad virtual está en silla de ruedas o tiene problemas de equilibrio. "Por ahora, trabajamos más la destreza de los miembros superiores. Sólo en dos casos estamos trabajando el equilibrio con el golf virtual -dijo Torres-. Lo usamos media hora y en ese período cambian los movimientos; además, juegan de a dos, que es lo que más les gusta para competir."
De pronto, Oscar derribó todos los bolos de bowling de un solo tiro. Todos festejaron, incluido Mariano Legori, de 28 años, que les había dado las indicaciones precisas para lograrlo con los botones del control. "Al principio, les cuesta la coordinación, pero una vez que le agarran la mano... -dijo este joven en recuperación de una lesión medular en el cuello que lo paralizó por completo-. Esto les cambia el ánimo, se olvidan del dolor."
Y mientras Oscar aseguró que le sirve para las articulaciones y que es un "bueno sustituto del juego natural con otros", Marta coincidió con Jesús en que les agudizó el ingenio. "No es lo mismo que el golf, pero es divertido. Siento que me activó la mente", dijo la orgullosa bisabuela.
Y Jesús comentó que la combinación de la rehabilitación tradicional y la realidad virtual también le permitió recuperar movimientos. "Uno presta más atención; leo bien el diario. Hace dos años tuve un ACV y quedé como quedé -sonrió-. Ahora, sé que tengo que hacer ejercicio."


Según el estuVideojuegos-mayores-adultosdio Nielsen los más mayores son un sector influyenteen la economía de EE.UU. Los hogares donde viven mayores gastan aproximadamente un 5% más que el resto.
Aunque este sector es cauteloso a la hora de realizar compras, no escatiman en gastos en sus familiares, especialmente en sus nietos, con los que suelen pasar numerosas horas y les regalan ropa y juguetes.
Además está mayor proximidad con el público joven, permite al adulto aprender conceptos y productos con los que nunca se había relacionado (redes sociales, chat, blogs, etc) y emplearlos en su día a día.
Cada vez disponen de más tiempo libremayor poder adquisitivo y salud, por lo que las administraciones públicas están incentivando el empleo de las nuevas tecnologías, así como grandes compañías como Telefónica o Nintendo, las cuales se están adaptando a este sector aún sin explotar.
En España, el 32% de las personas con edades comprendidas entre los 55 y 64 años usan Internet, lo que significa que en los próximos años este número tenderá a aumentar y seabrirá un nuevo mercado de consumidores de información y ocio en medios on line.
Resulta increíble que las compañías sigan sin atender las necesidades de este sector de forma eficiente, y más ahora que con las nuevas tecnologías se están creando necesidades que antes no existían y que necesitan ser cubiertas, gran ejemplo de ello es Facebook, creando necesidades de estima y aceptación.
Por tanto, el marketing para mayores, debe abrirse al público adulto y, sobretodo, al de la tercera edad, público con gran poder adquisitivo y al que se deja de lado en cuanto se menciona tecnología, no debemos subestimar su capacidad de adaptación.
La frase del día:


Sé tú, e intenta ser feliz, pero sobre todo, sé tú.
Charles Chaplin

sábado, 23 de abril de 2011

  
Mario Vargas Llosa. Premio Nobel de Literatura 2010 



Todas las flores del desierto están cerca de la luz.

Todas las mujeres bellas son las que yo he visto, las que andan por la calle con abrigos largos y minifaldas, las que huelen a limpio y sonríen cuando las miran. Sin medidas perfectas, sin tacones de vértigo. Las mujeres más bellas esperan el autobús de mi barrio o se compran bolsos en tiendas de saldo. Se pintan los ojos como les gusta y los labios de carmín de chino.

Las flores del desierto son las mujeres que tienen sonrisas en los ojos, que te acarician las manos cuando estás triste, que pierden las llaves al fondo del abrigo, las que cenan pizza en grupos de amigos y lloran sólo con unos pocos, las que se lavan el pelo y lo secan al viento.

Las bellezas reales son las que toman cerveza y no miden cuántas patatas han comido, las que se sientan en bancos del parque con bolsas de pipas, las que acarician con ternura a los perros que se acercan a olerlas. Las preciosas damas de chándal de domingo. Las que huelen a mora y a caramelos de regaliz.

Las mujeres hermosas no salen en revistas, las ojean en el médico, y esperan al novio, ilusionadas, con vestidos de fresas. Y se ríen libres de los chistes de la tele, y se tragan el fútbol a cambio de un beso.

Las mujeres normales derrochan belleza, no glamour, desgastan las sonrisas mirando a los ojos, y cruzan las piernas y arquean la espalda. Salen en las fotos rodeadas de gente sin retoques, riéndose a carcajadas, abrazando a los suyos con la felicidad embotellada de los grandes grupos.

Las mujeres normales son las auténticas bellezas, sin gomas ni lápices. Las flores del desierto son las que están a tu lado. Las que te aman y las que amamos. Sólo hay que saber mirar más allá del tipazo, de los ojazos, de las piernas torneadas, de los pechos de vértigo. Efímeros adornos, vestigios del tiempo, enemigos de la forma y enemigos del alma. Vértigo de divas y llanto de princesas.

La verdadera belleza está en las arrugas de la felicidad..

lunes, 18 de abril de 2011

"La paz sólo es posible en una comunidad que tiene sentido del humor. El buenhumor es la sal del corazón: es lo que da sabor a cada acontecimiento. Es intuitivo y logra siempre desdramatizar lo que es relativo. Nada de lo auténticamente humano es dramático. Porque el dramatismo es la careta que se pone a un acontecimiento cuando uno es incapaz de vivirlo desde la seguridad de sus raíces." (Mamerto Menapace, 1999) 
“No podrás impedir que la melancolía sobrevuele tu cabeza, pero sí trata de lograr que no haga su nido en ella” (Proverbio anónimo). 

lunes, 4 de abril de 2011

Bienvenidos

Este es nuestro espacio, aquí nos vamos a encontrar, valoramos el buen humor y queremos compartirlo.